El insuflado es una técnica de aislamiento que ha ganado popularidad en los últimos años debido a sus muchos beneficios para mejorar la eficiencia energética en viviendas. Sin embargo, existen muchos mitos y malentendidos que rodean a esta técnica, especialmente en regiones como Galicia, donde las edificaciones tradicionales y el clima peculiar pueden generar dudas. A continuación, desmontamos algunas de las creencias más comunes y ofrecemos explicaciones basadas en hechos.
Mito 1: El insuflado no es duradero
Realidad: Uno de los mitos más extendidos es que el aislamiento por insuflado pierde efectividad con el tiempo. La realidad es que los materiales más comunes en este proceso, como la celulosa o la fibra de vidrio, son muy duraderos y resistentes.
Explicación: La celulosa, por ejemplo, es un material derivado del papel reciclado que se trata con productos retardantes de llama y fungicidas, lo que le otorga una larga vida útil. Los estudios demuestran que la celulosa puede mantener su rendimiento durante más de 30 años sin necesidad de mantenimiento, siempre que se instale adecuadamente. Además, las normativas actuales en España y la UE exigen que los materiales de aislamiento sean eficaces durante un largo período, garantizando que su desempeño no se degrade significativamente con el tiempo.
Mito 2: El insuflado daña las estructuras tradicionales
Realidad: Otro mito común es que el insuflado podría dañar las estructuras de las casas, especialmente en construcciones tradicionales gallegas que a menudo tienen muros de piedra o madera.
Explicación: El proceso de insuflado implica la inyección de material aislante en los muros, pero este material no daña la estructura existente. De hecho, los materiales aislantes como la celulosa o el poliestireno expandido se adaptan a la forma de la cavidad sin generar presión ni alterar la integridad de los muros. En Galicia, donde las casas a menudo tienen gruesos muros de piedra, el insuflado se realiza sin perforar las paredes hasta tal punto que comprometa su estabilidad. Además, muchos especialistas en rehabilitación de edificaciones tradicionales recomiendan el insuflado por su bajo impacto en la estructura original.
Mito 3: El insuflado no mejora la eficiencia energética
Realidad: Muchos piensan que el insuflado no tiene un impacto real en la eficiencia energética de una vivienda, pero la realidad es que mejora significativamente la conservación del calor en invierno y la frescura en verano.
Explicación: El aislamiento adecuado de una vivienda reduce las pérdidas de calor a través de las paredes, el techo y el suelo. Según estudios realizados por organismos como el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), una correcta instalación de aislamiento puede reducir hasta un 40% el consumo de calefacción en invierno. Esto no solo se traduce en un menor gasto energético, sino también en un mayor confort para los habitantes. Además, el insuflado también actúa como barrera contra el calor en verano, ayudando a mantener temperaturas más agradables en el interior y reduciendo la necesidad de aire acondicionado.
Mito 4: El insuflado genera problemas de humedad
Realidad: Un mito persistente es que el aislamiento por insuflado puede provocar o agravar los problemas de humedad en las viviendas. Sin embargo, esto es un error, ya que los materiales de insuflado son higroscópicos, es decir, tienen la capacidad de absorber y liberar humedad de forma natural.
Explicación: La celulosa, por ejemplo, regula la humedad al equilibrar la cantidad de agua en el aire interior, ayudando a prevenir la condensación y los problemas derivados de la humedad. De hecho, el aislamiento por insuflado puede mejorar la protección de las paredes contra la humedad externa al reducir la penetración de agua en las cavidades. En Galicia, donde la humedad ambiental es un factor constante, los sistemas de aislamiento por insuflado son una excelente opción para evitar los problemas típicos de condensación en viviendas antiguas.
Mito 5: El insuflado es costoso y difícil de mantener
Realidad: Muchos creen que el insuflado es un proceso caro y requiere un mantenimiento complejo. Sin embargo, el costo inicial es bastante razonable, sobre todo si se compara con otros métodos de aislamiento, y el mantenimiento es mínimo.
Explicación: El coste de la instalación de aislamiento por insuflado depende del tamaño de la vivienda y de la complejidad de la obra, pero suele ser más económico que los métodos tradicionales como el aislamiento de placas o paneles. Además, el ahorro en calefacción que se obtiene con el insuflado se traduce en una rápida amortización de la inversión inicial. El mantenimiento del aislamiento por insuflado es muy bajo. Una vez instalado, no es necesario realizar ajustes ni reparaciones periódicas, lo que lo convierte en una opción muy cómoda y duradera.
Mito 6: El insuflado es solo para viviendas nuevas
Realidad: Un mito común es que el insuflado solo se puede realizar en viviendas recién construidas. En realidad, el aislamiento por insuflado es una excelente opción para todo tipo de viviendas, incluidas las antiguas.
Explicación: El proceso de insuflado se adapta a todo tipo de estructuras, sin necesidad de grandes reformas. En casas antiguas, es posible realizar el aislamiento por insuflado sin tener que derribar paredes o hacer modificaciones invasivas. La inyección del material se realiza a través de pequeñas perforaciones en las paredes existentes, lo que minimiza la interrupción de la vida cotidiana. Muchos propietarios de viviendas en Galicia que cuentan con casas de más de 100 años han recurrido al insuflado para mejorar el aislamiento sin necesidad de realizar grandes obras de rehabilitación.
Conclusión
Desmontar los mitos sobre el insuflado nos permite ver con claridad los beneficios que esta técnica puede aportar a las viviendas, especialmente en una región como Galicia, con sus características climáticas y edificaciones tradicionales. El aislamiento por insuflado no solo es duradero y eficiente, sino que también respeta la integridad de las estructuras y mejora la calidad de vida en el hogar. Si tienes dudas sobre cómo aplicarlo a tu vivienda, te recomendamos consultar con profesionales para asegurar una instalación correcta y sin inconvenientes.