Los acabados que pueden darse a un mortero monocapa son múltiples, sin embargo, el acabado raspado o también denominado labrado, es el que más se utiliza como terminación en el revestimiento de una fachada, quizá por el parecido que guarda con el revoco pintado tradicional.
Se obtiene un acabado raspado altamente decorativo, impermeable al agua de la lluvia y permeable al vapor de agua, y en una gran variedad de colores.